La tragedia acaecida recientemente en Italia, vuelve a traer el debate a España sobre la situación de nuestros edificios frente a un temblor sísmico.
Dada la situación geográfica de España no sería de extrañar que se produjera un terremoto de gran magnitud al sur del país. El mayor temblor que se ha registrado en la zona fue de 6,5 sobre 10 y ocurrió recientemente, en 2004. Marruecos sufrió sus consecuencias, con enormes destrozos y la pérdida de cerca de 600 vidas.
Siglos antes, en 1755, se produjo un tsunami en forma de ola de 5 metros sobre las costas de Cádiz y Huelva que provocó 2.200 muertes, como consecuencia de un terremoto en Lisboa. José Antonio Aparicio Florido, presidente del Instituto Español para la Reducción de los Desastres, declaró recientemente que una catástrofe similar se repite «con toda seguridad» cada 500 o 600 años.
No hay que olvidar tampoco el terremoto de Lorca (Murcia) de 2011, de magnitud 5,1, en el que murieron nueve personas y hubo más de 300 heridos.
Aunque poco o nada podemos hacer para evitar que se produzcan estas catástrofes naturales, los expertos coinciden en que sí deberíamos avanzar en educar a la sociedad para aprender a reaccionar ante un terremoto, y por supuesto, preparar nuestras edificaciones.
Según el Ministerio de Fomento, en España hay más de 13 millones de viviendas con más de 40 años de antigüedad, más de la mitad del total. La gran mayoría de estos hogares se levantaron sin adoptar ninguna medida antisísmica.
Actualmente la normatíva sísmica vigente, la NCSE-02, apunta una serie de reglas que tienen como objetivo dotar a los inmuebles de propiedades sismorresistentes acordes con los niveles de riesgo que, se supone tiene la zona.
Sin embargo, hay voces críticas que entienden debe ser sustituida por el Eurocódigo 8, una norma Europea más exhaustiva y que pretende unificar los criterios en todo el continente.
Conclusión a la que también se llegó en la jornada sobre Resiliencia Urbana e Ingeniería de Construcción Antisísmica que organizó la Universidad de Granada hace pocos meses. En ella participo el ex presidente de la Asociación Española de Ingeniería Sísmica, Ricardo García Arribas, quien advirtió de que en España y, sobre todo, en Andalucía el 75 % de las viviendas cumplen con «poco rigor» la normativa de construcción sismorresistente y necesitan con «urgencia» rehabilitar sus edificios para resistir a terremotos, incluso muchas de las que han sido construidas después de los sesenta, cuando ya existía normativa antisísmica. Máxime, ha dicho, porque los nuevos mapas de peligrosidad sísmica publicados por el Instituto Geográfico Nacional establecen un nivel de aumento de la fuerza sísmica que, en casos como el de Córdoba, es superior a un 130 % -algo similar en Jaén-; en Málaga el incremento ha sido del 71 % y en Granada ?solo de un 15 por ciento? pero porque ya contaba con valores de aceleración sísmica altos
Como conclusión, incidir en que España tiene un ?trabajo urgente? a la hora de rehabilitar edificios desde el punto de vista sísmico.
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