Al ambicioso plan diseñado por el Ayuntamiento de Málaga para impulsar la construcción de 1.700 viviendas a precio asequible sobre suelos dotacionales empiezan a salirle algunas aristas.
Si bien el trabajo desarrollado en los últimos meses por los técnicos de la Gerencia de Urbanismo y del Instituto Municipal de la Vivienda (IMV) va a permitir llevar al próximo Pleno el listado de las 24 parcelas que se quieren poner en carga, el éxito de la iniciativa depende, en buena medida, del interés que la misma genere entre los promotores privados.
Algo que está aún por ver. Porque aunque las primeras reacciones del sector fueron favorables a la idea del alcalde, Francisco de la Torre, de explorar esta vía, los interrogantes que surgen en torno a la misma son evidentes.
«Se trata de un planteamiento complejo», admite la secretaria general de la Asociación de Promotores y Constructores (ACP) de Málaga, Violeta Aragón, quien confirma que, tras echar números, parece complicado que este tipo de operaciones puedan ir adelante «si no vienen acompañadas de algún tipo de aportación adicional».
Aragón habla de aportación económica, citando lo sucedido con las 530 viviendas de protección oficial (VPO) de alquiler que desarrolla actualmente la empresa Lagoom Living sobre terrenos del sector Universidad entregados a coste cero por un periodo de 75 años.
Sobre el particular, la representante de la ACP apunta que esa iniciativa residencial contó con una aportación de fondos europeos de 50.000 euros por vivienda.
«Quizás ahora no sea necesario tanto apoyo adicional, porque han subido un poquito los módulos, pero sin duda alguna aportación adicional se tiene que hacer para que la operación sea viable», remarca.
Y esto supone un condicionante de peso que sobrevuela el plan municipal de los pisos en suelos dotacionales.
Dudas
«Tal y como está planteado en este momento no es una operación fácil ni rentable si no hay una aportación pública adicional», insiste Aragón, quien recuerda que el promotor privado es el que, en el supuesto de que salgan adelante los concursos, tendrá que adelantar la financiación para la construcción de las viviendas, buscando compensar la inversión con la explotación comercial de las viviendas a 75 años y con rentas moderadas.
El plan contempla viviendas de uno o dos dormitorios, dirigidas principalmente a jóvenes. Para los promotores, este modelo es una solución realista y necesaria para responder a la situación actual.
En las conversaciones ya mantenidas estos meses con el Ayuntamiento, las empresas han insistido en la necesidad de agrupar determinadas parcelas en un mismo lote, de manera que quienes pujen por ellos tengan la posibilidad de desarrollar de 80 viviendas hacia arriba. Una propuesta que parece que va a ser tenida en cuenta.
A esto se suma la posibilidad de tener cierta flexibilidad a la hora de establecer las dimensiones de las viviendas finalistas en función de las parcelas. «Entendemos que tiene que haber viviendas más pequeñas de un dormitorio, pero creemos que tiene que haber un porcentaje en el que los promotores sean los que encajen el tipo de vivienda», defiende.
A la espera de que se concreten los detalles en el pliego de condiciones que está elaborando el IMV, con el objetivo de impulsar los primeros concursos de suelos en julio o agosto, la horquilla que parece estar manejando el Consistorio es la de pisos de entre 58 y 70 metros construidos.
En términos de metros útiles, la dimensión baja a entre 45 y 54 metros cuadrados. Parámetros que podrían suponer alquileres mensuales de entre 450 y 540 euros, de acuerdo con lo avanzado este jueves por el alcalde.
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