En los últimos doce meses se está produciendo en el sector de la vivienda un nuevo movimiento: pequeños inversores adquieren inmuebles como pura inversión y no con la finalidad de utilizarlos como vivienda. Esta tendencia ya existente se ha incrementado desde el 16% hasta el 28%.
Por norma general, su objetivo son pisos situados en el centro de las grandes ciudades cuyo precio oscila entre los 50.000 y los 100.000 euros que pagan al contado en el 83% de los casos. Los pequeños inversores se decantan habitualmente por pisos de menor tamaño, concretamente el 26% de ellos adquieren inmuebles de menos de 50 metros cuadrados, que son los recomendados por los especialistas en rentabilidad. Asimismo, el 50% de los compradores invierten en pisos con una extensión entre 50 y 100 metros cuadrados.
Los inmuebles pequeños situados en zonas céntricas o turísticas son los objetivos más adecuados si lo que busca el pequeño inversor es la rentabilidad por el alquiler, ya que en el caso de querer vender, es más fácil encontrar un comprador que quiera adquirir un piso de tamaño medio y tres habitaciones, el producto más demandando. Por su parte, los inmuebles de 50 metros sólo suelen atraer a inversores y no a usuarios.
En el caso del comprador extranjero, que constituye el 15% del total, estos prefieren las viviendas de mayor tamaño. A diferencia de los compradores españoles, los inversores internacionales optan por inmuebles más caros, de más de 500.000 euros que pagan al contado sin necesidad de financiación.
El tipo de vivienda por la que se decantan los particulares extranjeros es un edificio residencial o apartamento situado en zonas turísticas de las grandes ciudades, pisos que necesitan ser rehabilitados completamente para poder aportar un valor añadido con la reforma y conseguir así que el activo aumente su valor.
Con estas transacciones, los pequeños inversores aspiran a conseguir rentabilidades de entre el 4% y el 6%, además de la plusvalía que obtendrán con la venta del piso que puede ser considerable si dejan pasar un largo periodo de tiempo y realizan la operación en la parte alta del ciclo. En nuestro país, la rentabilidad media ronda el 7%, aunque depende de la ciudad y la zona concreta.
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