En los últimos meses se ha producido un considerable aumento en la compraventa de viviendas de segunda mano. Ello se debe fundamentalmente a que la reforma fiscal, que el Gobierno ya ha enviado al Senado para su tramitación, penalizará las transacciones de inmuebles usados que se realicen antes de 2015.
Esta penalización viene dada por la supresión de los coeficientes de abatimiento y corrección monetaria, dos bonificaciones fiscales que actualmente reducen la factura en el IRPF de las plusvalías generadas por la venta de bienes patrimoniales, como inmuebles y acciones, comprados hace años.
A pesar de que las transacciones con inmuebles nuevos se redujeron en un 17% en el mes de agosto en comparación con el mismo mes del año anterior, las compraventas de viviendas de segunda mano aumentaron en un 22,6% en ese mismo periodo. Esto se explica por el inminente castigo fiscal que afectará en mayor medida a las viviendas compradas antes de diciembre de 1994 debido a que este tipo de inmuebles podían aplicar tanto la corrección monetaria como los coeficientes de abatimiento.
Si se tiene en cuenta que la mayor parte del parqué inmobiliario está constituido por viviendas adquiridas antes de 1995, se entiende más fácilmente el hecho de que se el mercado esté experimentando un crecimiento artificial en las ventas de este tipo de inmuebles. A ello habrá que sumar la bajada en los precios de las viviendas de segunda mano que seguramente se producirá antes de 2015 ante el interés de los propietarios de pagar menos impuestos.
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